top of page

Un paso adelante

Hace unas semanas tuve mi última cita agendada con Linnet. Ojo: agendada, no quiere decir que ya no tendré sesiones con psicóloga nunca más. Solo que la siguiente no tiene fecha; será únicamente cuando la necesite, y si la necesito.


Cuando me preguntó en qué fecha la agendábamos, yo ya estaba checando mi calendario como siempre, y en eso me dice si la dejamos abierta. No era la primera vez que me lo preguntaba. En otro momento, previo a mi bajón del año pasado, cuando quería morirme, ya me lo había dicho. En esa ocasión, le respondí que no, que no me sentía lista todavía.


Esta vez ni la pensé. Fue muy fácil decir que sí, que la dejáramos abierta. Me sentí como si me hubiera graduado. Como que ya estoy un paso más adelante. Pero no me duró mucho.


Esa misma noche empecé a sentir ansiedad, lloré y pensé en mandarle mensaje a Linnet para decirle que mejor sí quería agendar una cita. Porque tener mis sesiones con ella ha sido mi única constante en los últimos casi tres años, además de ser mi lugar seguro. Siempre iba sabiendo que iba a salir de ahí liberada, cuando con otros terapeutas me pasaba que salía más confundida que como llegué.


Linnet nunca me dio respuestas de nada, que era lo que yo quería, y quizás muchos de nosotros también. Yo quería llegar, decirle qué pedo, cómo estaba el cuadro, y que ella me diera instrucciones exactas de qué hacer para resolver los garabatos de mi cabeza. Pero nunca fue así. Linnet lo que hizo fue darme la pregunta correcta a las respuestas que yo ya tenía.


Verán, en mi cabeza yo escucho estática. Hay cien pensamientos diferentes pasando al mismo tiempo, y como todo ocurre al mismo tiempo, no alcanzo a escuchar con claridad. Pero todo está ahí: hay sentido (mi sentido), pero no hay claridad. Linnet me ayudó a acomodar las ideas para que entonces sí, fueran claras.


Y siempre, siempre se adaptó a mis necesidades. El primer día que llegué con ella, me dijo que me recomendaba ir con un psiquiatra. Le dije que no, que me diera la oportunidad de hacer las cosas sin necesidad de medicamentos. Y de ahí, jamás lo volvió a mencionar. Al psiquiatra empecé a ir porque yo acepté su sugerencia… dos años después.


La primera vez que me preguntó si dejábamos la cita abierta y le dije que no, no me dijo que ya no había más que hacer o que no podía ayudarme más, como sí me dijeron varios de los muchos terapeutas que he tenido en mi vida. Simplemente checó su calendario y me agendó la siguiente. Y aunque sí hubo citas en las que de plano no había mucho que decir, porque entre una y otra no había pasado nada detonante, jamás me negó el servicio ni me dijo que ya era suficiente, que yo ya estaba bien.


Me dio todos los recursos habidos y por haber, y trabajamos absolutamente todo: desde mi infancia, mis traumas, mis pérdidas, hasta mi adultez, mi vida sexual, más pérdidas… todo.


Aprendí a poner límites, a identificar el narcisismo, a no castigarme, a ser más paciente conmigo, a darme descanso sin culpa. Y también decidí qué cosas de mí quería cambiar, y cuáles no. Como, por ejemplo, seguirle dando la oportunidad a todo mundo aunque me adviertan que no confíe en esas personas y tengan razón. Pero yo me doy cuenta ya que me chingaron. Eso es algo que no quiero cambiar. Dar mi opinión cuando nadie me la pidió definitivamente es algo que quiero dejar de hacer.


En esta última cita, discutimos sobre cómo la neuropsicologa descartó que tenga Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) y me dio el posible diagnóstico de Trastorno Bipolar Tipo II (TBII). Posible, porque no pudo diagnosticarlo formalmente por ciertos resultados sobresalientes, y la tarea de hacer ese diagnóstico cae en el psiquiatra, pero aún no he tenido cita con él.


Le dije que no creo tener TBII, al menos no por las razones que me dio la neuropsicóloga. ¿Porque tengo un hiperfoco después de mis desgracias? ¿Qué quiere que haga, que me quede llorando? No, yo tengo que hacer algo para sentirme bien.


Y también le comenté que no puedo decidir si tengo TDAH o no, pero que las pruebas me las hicieron ya medicada. Y medicada, mi capacidad de atención es distinta. Linnet me explicó que cuando le conté que mi cerebro “se había apagado”, que ya no había ruido, y que yo no conocía esa sensación, era un claro ejemplo de mi hiperactividad.


Me explicó que a las mujeres rara vez se nos diagnostica con este trastorno por razones culturales. Como las niñas suelen ser “las que se portan bien”, su hiperactividad se manifiesta de otras formas que parecen más disciplinadas. En mi caso fue la escuela, y las 400 actividades extracurriculares que tenía después de ella.


Al final no le mandé mensaje. Busqué mil excusas para hacerlo, incluida la de agendar una cita en junio, cuando se cumple un año del bajón que tuve de quererme morir. Pero ni eso fue suficiente. Porque creo que hacerlo sería generar una dependencia que no tengo, solo por la incertidumbre de no saber cuándo será mi próxima cita con Linnet. Y no puedo vivir esperando mi siguiente cita con la psicóloga, tengo que encontrar la liberación que me dan mis citas en mis actividades cotidianas.


Pero ya. Después de una vida de no entender qué era lo que pasaba conmigo, por fin tengo una paz y tranquilidad que no conocía. Con todo y que tengo mil deudas porque no estoy trabajando, me siento muy tranquila. Algo que no conocía.


En linea porque Linnet esta en Ensenada

Linnet, muchas gracias por todo.


Y todavía me falta un poquito más, porque se supone que mi tratamiento con el psiquiatra dura un año… pero ya estoy más cerca de terminarlo que del día que lo empecé. Un paso adelante.


Cuida tu salud mental, escucha a tu cuerpo.

Y si no tienes posibilidades económicas para hacerlo, abro mi puerta para que me contactes. Puedo ayudarte a buscar quién pueda brindarte el apoyo que necesitas, mientras yo tengo los medios de poder hacer más que eso.


Si quieres conocer más sobre mi historia, puedes comprar mi libro haciendo clic abajo.

Parte de las ganancias se destinará a apoyar tratamientos de salud mental.



Comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación
Prometemos no mandarte mil correos 

© 2024-2025 by tuperraamiga.

bottom of page